Alicante, 8-02-2023.
- La inversión y las operaciones de SoftBank han caído a su mínimo histórico
- Tras caer las valoraciones de su portfolio, opta por la disciplina financiera
- Se abre una brecha entre la demanda de capital y su disponibilidad
El mayor inversor en capital riesgo del mundo ha cortado el grifo de la liquidez. SoftBank, que acostumbraba a regar a las startups con dinero, se ha pasado a la disciplina financiera. Ese cambio de estrategia ha llevado al gigante asiático a registrar su mínimo histórico de inversión. La firma solo ha cerrado ocho operaciones en el último trimestre.
Esa cifra choca con sus abultados registros. A lo largo de su trayectoria, el conglomerado nunca había participado en tan pocas rondas de inversión en el periodo de tres meses. Es la primera vez que sus inversiones se cuentan en un número de un solo dígito. A estas ocho operaciones ha destinado 2.100 millones de dólares, un presupuesto que también dista mucho del que empleaba en su época dorada. SoftBank ha llegado a participar en 90 rondas en un trimestre, gastándose la friolera de 30.000 millones de dólares, según datos de Bloomberg. Es decir, sus inversiones han llegado a ser 14 veces más cuantiosas.
El conglomerado japonés cuenta con dos fondos principales, Vision Fund I y Vision Fund II. En su portfolio se encuentran compañías como Arm, Deutsche Telekom, Alibaba, Nvidia o PayPal, entre una larga lista de posiciones. Además, SoftBank tiene una tercera división, que se centra en el mercado latinoamericano. En total, están invertidos en cientos de empresas, cotizadas y privadas. Aunque la firma no desglosa todas sus operaciones ni las cantidades gastadas, sí ha detallado en sus cuentas cuál ha sido su actividad en los dos primeros vehículos (se deja fuera Latam).
Atendiendo a las cifras de ambos, se constata, de nuevo, ese desplome de la inversión. De enero a diciembre del año pasado, SoftBank invirtió 7.800 millones de dólares entre ambos fondos (teniendo en cuenta que su ejercicio natural y no el fiscal, que comienza en abril y termina en marzo). Solo en el trimestre anterior, en el último de 2021, la firma superaba todo lo invertido en los próximos 12 meses. Así, de octubre a diciembre de ese año, desembolsaba 9.600 millones de dólares en financiación a startups, más que en todo 2022.
El gráfico de la firma con las inversiones de Vision Fund I y II muestra la caída de sus operaciones. La ralentización es especialmente pronunciada en el segundo semestre de 2022, cuando apenas se ha gastado 300 millones por trimestre. En ese tiempo, las valoraciones de sus participadas se desplomaron en un contexto de mercado “desafiante”, dando paso a la cautela. La propia SoftBank explica que ha adoptado una estrategia defensiva y que su foco está en “la resiliencia y en la disciplina”.
Otro de los cambios que ha puesto en marcha es la prioridad en la monetización y no en el potencial de crecimiento de las startups. Entre sus inversiones más recientes está GoStudents, una firma de clases particulares online valorada en 3.000 millones de euros y con presencia en 20 países. También ha entrado en la plataforma de trading eToro o en la biotecnológica estadounidense Zymergen.
¿Cuánto puede sobrevivir una startups con sus propios recursos?
“Ya sabéis cómo empieza esta historia. Muchas startups levantaron capital con valoraciones insensatas cuando el dinero fluía libremente. Después, la Reserva Federal (Fed) decidió subir los tipos de interés y las compañías tecnológicas se desplomaron. En consecuencia, las valoraciones de las startups se hundieron. Por eso, los fondos de capital riesgo advirtieron a sus participadas de que su efectivo tenía que durar lo máximo posible”, resume la firma de análisis PitchBook.
Según sus datos, una startup puede sobrevivir entre 18 y 36 meses antes de quedarse sin dinero. Ese tiempo de descuento ha comenzado ya que, no solo SoftBank, sino que el capital riesgo en general, ha plegado velas. De hecho, otro de los estudios de la firma explica que en el último trimestre de 2022 se pidió el doble de financiación que la finalmente concedida. Un dato que refleja la brecha entre las necesidades de las empresas emergentes y el capital que hay disponible en el mercado.
En general, reducir gastos no es suficiente para ser rentable y no depender de financiación externa, por lo que se sigue necesitando de esta última, salvo en las startups más maduras y en los negocios más sólidos. Con excepción de los proyectos más consolidados, la supervivencia de las emergentes dependerá en los próximos meses de sus inversores.
Hasta hace poco, estos estaban dispuestos a acudir a una ronda puente para impulsar el crecimiento de la startup en la que estaban invertidos. Sin embargo, ahora el mercado busca rentabilidad y no se embarca en rescates de expectativas o resultados futuros. La clave, en los próximos meses, estará en cuántas rondas logren materializarse.
Fuente; eleconomista.es