Alicante, 30-08-2022.
- En el mercado los ‘traders’ han aprovechado para abastecerse más barato
España eleva su dependencia del gas ruso en plena amenaza por un posible corte del suministro y a pesar de que las incertidumbres sobre el mismo van en aumento cada día que pasa de cara al otoño. El pasado mes de febrero, justo cuando empezó la invasión de Ucrania, las importaciones procedentes de Rusia se elevaban a 2.174 gigavatios hora (GWh) y, según los últimos datos disponibles de Enagás, en julio se alcanzaron los 5.317 GWh, lo que supone más del doble.
Pero no solo eso. Mientras que el resto de países de nuestro entorno busca alternativas a Rusia para no quedarse sin gas, España parece estar dando cada vez mayor importancia al suministro de este país, bajo la tutela de Putin. En febrero, el gas ruso representaba el 5,7% de nuestro suministro y ahora alcanza ya el 14,5%, es decir, casi tres veces más. De forma puntual, el pasado mes de junio Rusia llegó a superar a Argelia (actualmente principal proveedor), lo que le permitió situarse solo por detrás de Estados Unidos, que en ese momento era el país que más gas nos vendía.
El aumento de las importaciones de gas desde Rusia podría encontrar su explicación en movimientos de los traders de gas, según explican a elEconomista.es fuentes del mercado. Estos aprovechan la capacidad de regasificación española y los precios del gas ruso (inferiores a los de otros países proveedores) para comprar gas.
Mientras Rusia aumentó las importaciones, Estados Unidos y Nigeria disminuyeron sus cuotas en este tiempo. El combustible fósil procedente del otro lado del Atlántico cubrió en febrero un 32,9% de la demanda de nacional, frente al 23,3% que supone ahora. En el caso de Nigeria, la cuota de cobertura pasó del 21,1% al 16%. Pese a la caída, se mantienen por delante de Rusia, como segundo y tercero principales proveedores.
En total, con respecto a febrero, las importaciones de gas disminuyeron un 3%, desde 37.902 GWh hasta los 36.746 GWh. En los últimos meses se incorporaron a la lista nuevos proveedores como Egipto (con un 2,9% del suministro total) y Angola (con un 2,8%). El gas importado de Catar se incrementó en este tiempo, pasando de suponer un 2,3% de la demanda al 5,5%.
Europa reduce el peso ruso
De acuerdo con los datos del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio (Crea) de Helsinki, que utiliza, entre otros, datos de Eurostat, además de España, en la Unión Europea solo Rumanía y Bulgaria han aumentado sus compras a Rusia desde que comenzó la guerra. Al margen de Finlandia, Estonia, Países Bajos y Polonia, que se han quedado sin gas ruso; la media europea refleja una caída de las compras del 60%.
Alemania, que ha reclamado a España el envío de gas en los próximos meses para poder hacer frente al suministro del otoño y garantizar así el abastecimiento de industrias y hogares, ha reducido sus compras un 77% desde el inicio de la guerra; Italia lo ha hecho en un 72% y Francia las ha bajado hasta en un 26%. Al cierre del mes de julio, Argelia, pese a la tensión diplomática existente, ha vuelto a ser el mayor proveedor de gas de España, representando el 23,3% del total del suministro, con una venta en julio de 8.572 GWh.
Estados Unidos se ha situado prácticamente al mismo nivel, con 8.530 GWh y el 23,2% del conjunto de la tarta de ventas. El tercer suministrador es Nigeria con 5.882 GWh y el 16% de cuota, ligeramente por delante, por lo tanto, de Rusia. A mucha más distancia, figuran ya Francia, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial, Angola o Egipto.
Con todo, la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, aseguró que España tiene el suministro garantizado si hay un corte total de gas ruso. Asimismo, descartó la amenaza de un racionamiento energético este invierno, a diferencia de lo que ocurre en otros Estados miembros. Justo mañana se hará efectiva la interrupción temporal de los flujos del gasoducto Nord Stream I, que conecta Rusia y Alemania. Europa teme que el cierre sea prolongado.
Fuente; eleconomista.es