Las pymes españolas soportan un 33% más de trámites que las de Francia, Alemania o Reino Unido

Alicante, 21-11-2025.

La carga burocrática y la dificultad para obtener financiación frenan a las pequeñas empresas españolas. En nuestro país, las pymes soportan un 33% más de trámites que en Alemania, Reino Unido o Francia.

Un estudio de la Comisión Europea señala las dificultades para emprender en España

Las pequeñas y medianas empresas representan, según datos de Cámara de Comercio, el 99,8% del tejido empresarial español. Sostienen una enorme parte del empleo, vertebran la economía y generan actividad en todos los sectores profesionales. 

Sin embargo, según un estudio reciente de la Comisión Europea, las pymes de nuestro país afrontan una carga regulatoria que les obliga a gestionar un 33% más de trámites que las empresas de similares características en Francia, Alemania o Reino Unido

Pero el problema no termina en los trámites burocráticos. Muchas pymes reportan a través de las encuestas que encuentran grandes problemas para obtener financiación. Tanto si se trata de líneas de crédito bancario como de recursos externos. Las condiciones exigidas, como garantías personales o la necesidad de avales al inicio del negocio, dificultan el crecimiento de nuestras empresas, según la propia Comisión Europea..

El exceso de burocracia limita el crecimiento de nuestras pymes, según la Comisión Europea

El impacto de la burocracia en el día a día de las pymes españolas es una de las conclusiones más llamativas del estudio de la Comisión Europea publicado este 2025.

El análisis revela que en España se mantienen todavía procedimientos demasiado largos para constituir una empresa. Y también que los procesos posteriores, como la obtención de licencias o la presentación de declaraciones obligatorias, exigen más recursos que en el resto de la Unión Europea.

De hecho, la comparación con el entorno europeo es reveladora. Mientras que en Alemania la creación de una pyme puede completarse en pocos días mediante un proceso unificado, en España sigue siendo habitual que los emprendedores deban gestionar trámites con varias administraciones y esperar durante semanas a cada una de ellas.

Francia y Reino Unido, por su parte, también presentan modelos más eficientes, con plataformas digitales que centralizan procedimientos y facilitan la comunicación entre las empresas y las administraciones públicas.

Y hay más. El coste oculto que supone la larga burocraciaen nuestro país es otro problema sustancial. Según Cámara de Comercio, la hiperregulación en España cuesta a los autónomos y las pymes en torno a 51.000 millones de euros al año. Y si se compara con los datos que ofrecen informes sectoriales de asociaciones de pymes en el Reino Unido, el coste anual promedio allí es alrededor de 25.000 millones de libras, que suponen algo más de 28.000 millones de euros.

La burocracia también reduce la capacidad de inversión, la competitividad y hasta la exportación

Todos estos datos reafirman las principales quejas que las pequeñas y medianas empresas señalan en las encuestas. En una realizada recientemente por Cámara de Comercio de España destaca que la gestión de trámites es uno de los principales frenos al desarrollo de cualquier negocio.

Según esta encuesta, las empresas consideran que el exceso de obligaciones formales reduce su capacidad de inversión y de adaptación a nuevas oportunidades de negocio. En un contexto, además, de competencia internacional por la globalización, disponer de estructuras más ligeras se ha convertido en un requisito esencial para mantener la competitividad.

Porque este entramado burocrático también influye en la capacidad de internacionalización. Las empresas españolas asumen más cargas antes de poder exportar o abrir filiales fuera de sus fronteras. Por ello, muchas pymes optan por mantenerse en mercados locales o autonómicos, lo que limita su potencial de crecimiento a largo plazo. Para la Comisión Europea, esta fragmentación perjudica especialmente a los sectores con mayor potencial innovador.

Financiación insuficiente y otras barreras al desarrollo de las pymes

La financiación es otro de los elementos que marcan la diferencia entre las pymes españolas y las de economías de referencia en Europa. La Cámara de Comercio de España indica que muchas empresas encuentran dificultades para acceder a créditos bancarios, a pesar de acreditar una actividad estable. 

En ese sentido, las exigencias de solvencia y las garantías personales siguen siendo más duras que en Francia o Alemania, donde existen líneas crediticias más accesibles y ecosistemas financieros complementarios

Además, en España la dependencia del crédito bancario continúa siendo elevada. Mientras que en el Reino Unido y Alemania las pymes se apoyan también en inversores privados, plataformas de financiación alternativa o fondos especializados, en España estas opciones son menos habituales. Esto, lógicamente, limita las posibilidades de expansión y ralentiza proyectos empresariales que podrían generar más empleo y actividad económica.

La situación se complica aún más en sectores de baja rentabilidad o con una fuerte estacionalidad, como es la hostelería en zonas turísticas de nuestro país. En estos casos, las entidades financieras tienden a endurecer las condiciones, lo que obliga a muchas empresas a recurrir a financiación interna. Esto implica renunciar a beneficios futuros con el objetivo de mantener la actividad del presente. Y la Comisión Europea advierte, de hecho, que esta dependencia del autofinanciamiento sitúa a las pymes españolas en desventaja frente a sus homólogas europeas.

A las dificultades financieras se suman otros obstáculos frecuentes. Los estudios recientes, de nuevo ofrecidos por la Cámara de Comercio, cuentan que las pymes españolas denuncian inseguridad jurídica, cambios normativos continuos, altos costes energéticos y un acceso desigual a la digitalización

Estos son factores que aumentan su vulnerabilidad ante periodos de inestabilidad económica. Mientras, en países como Alemania o Francia, la transición hacia la digitalización empresarial ha avanzado mucho más rápido, gracias a incentivos fiscales y programas públicos de apoyo. 

Por último, el análisis europeo también destaca que las pymes españolas deben hacer frente a mayores cargas fiscales indirectas. Aunque la presión fiscal directa no difiere en exceso de la media europea, los costes derivados de la gestión tributaria sí son superiores, debido a esta complejidad de los procedimientos. 

Así, las pequeñas y medianas empresas españolas demandan un entorno más estable, políticas concretas de apoyo financiero y una simplificación real del marco regulatorio. También reclaman programas más efectivos para acceder a la digitalización y a la formación necesaria para integrar nuevas tecnologías en sus negocios, algo que en otros países europeos ya se da por consolidado.

Fuente; autonomosyemprendedor.es

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Ben Chilwell

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