Recordamos a la Ministra de Trabajo cuando anunciaba las medidas de los ERTE justificando como era lo más eficaz dado que esta situación era un breve paréntesis en la marcha de la economía. Pronto va a hacer un año, y la crisis sanitaria se ha convertido también en económica. Ya nadie cree que la recuperación va a ser en V y las recetas para salvar empleos y empresas de hace un año hoy ya no sirven.
Pocas empresas pueden sobrevivir dos años con la caída de ingresos que en muchos sectores se han producido. Menos todavía si tienen restricciones para ejercer su actividad, o aunque no las tengan, los clientes que antes llegaban a sus negocios ahora simplemente han desaparecido. Y la recuperación tardará y no sabemos que intensidad tendrá.
Mantener a las empresas viables
No se trata ya de que se recupere la normalidad, sino de que muchos negocios van a tener la losa de la deuda generada durante estos dos años y van a ver mermada su capacidad de inversión. También van a contratar menos, por lo que el empleo se verá a afectado. Al menos durante los próximos cinco o seis años.
No se trata solo de salir de la crisis, sino hacia dónde salimos y hacia qué modelo económico
El problema es que muchas empresas que eran viables ahora mismo han dejado de serlo. La deuda que han generado es tan importante que están quebradas. Y no se van a poder recuperar. Cada día que pasa sin recuperar la normalidad, sin ayudas suficientes, son más las que van a caer. ¿Basta con ERTES, aplazamiento de impuestos y créditos para mantenerlas vivas? Lo dudo mucho.
Pero es que además la deuda generada no es solo de las empresas. Es también del Estado. Y esto implicará una reforma fiscal, que se mejoren los ingresos y muy posiblemente reducción de gastos. No hay una fórmula mágica para salir de esta crisis. Y no vamos a salir de un día para otro. No nos iremos a dormir y al día siguiente no hará falta llevar mascarilla ni las empresas habrán dejado de estar en números rojos.
Un futuro con más de lo mismo
Hace falta un gran pacto de Estado para poder sobrevivir, para iniciar una reconstrucción de país. Pero la realidad es que no podemos esperarlo. Ni partidos políticos, ni agentes sociales, ni representantes de los autónomos parecen estar a la altura de las circunstancias, del reto que se presenta para la próxima década.
El mundo ha cambiado, la sociedad, los consumidores, el tipo de turismo ha cambiado. Incluso el clima ha cambiado. Y esto es algo muy importante en un modelo turístico enfocado en un porcentaje muy alto en el sol y playa Los meses de invierno ahora son más suaves y se debería apostar por desestacionalizar.
Llevamos años oyendo hablar de cambio del modelo productivo en nuestro país. En no basar toda nuestra economía en turismo, en buscar alternativas. No va a ocurrir de la noche a la mañana. Pero si no sabemos hacia dónde queremos ir, qué modelo de economía queremos, en qué campos podemos ser competitivos. Esto es lo que hoy tendríamos que estar debatiendo como sociedad.
Saldremos adelante, algunos negocios se quedarán en el camino, algunos autónomos y muchas familias lo pasarán mal. Se crearán otras empresas, se volverá a crecer, pero las bases de nuestro sistema productivo, seguirán teniendo los mismos problemas. Y no parece que nadie esté pensando en cómo solucionar esta cuestión.
Fuente; pymesyautonomos.com