Complemento a la pensión publica.
El Gobierno busca promover los de empresa frente a los privados, en ambos casos son productos de ahorro para la jubilación a partir de aportaciones.
En la actualidad España cuenta con más de 6 millones de personas que reciben la pensión por jubilación, una prestación pública que, de media, asciende a 1.156,26 euros. Al alcanzar la edad legal, los trabajadores que lo deseen pueden jubilarse y pasan entonces a percibir la pensión, que abona la Seguridad Social a partir de las cotizaciones que se realizan en la actualidad. Sin embargo, desde hace años diferentes entidades y expertos avisan del peligro de la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Esta situación de incertidumbre, unido al ahorro que muchas personas quieren tener para su retiro, hace que muchos contraten los denominados planes de pensiones. Se tratan de productos de ahorro a partir de aportaciones que se van realizando durante la etapa laboral y que se obtienen cuando se alcanza la jubilación. Así, a la jubilación pública se añade los ingresos provenientes del rescate de estos planes. Pero, ¿cómo funcionan exactamente y cuáles son las claves para un mayor ahorro?
Como hemos indicado se trata de un producto de ahorro en el que se invierte un capital. Este capital se constituye a partir de las aportaciones que realizan los usuarios, bien de forma periódica o bien de forma puntal. Ahora bien, las aportaciones tienen un límite de 8.000 euros anuales. Además, se pueden aportar un máximo de 2.500 euros a favor del cónyuge que no tenga rentas superiores a 8.000 euros. Esos ingresos se deducen del IRPF, siempre que no supere el 30% de los rendimientos netos del trabajo.
El capital aportado se invierte en los denominados fondos de pensiones, que, como cualquier otro fondo de inversión, invierte el dinero en renta fija y renta variable. Esta inversión repercute una rentabilidad al usuario. Tanto la rentabilidad, como el porcentaje en renta fija o variable dependen del perfil de riesgo que puede asumir cada inversor, así como en cualquier producto de inversión cuanto mayor sea el riesgo mayor será la rentabilidad.
Existen varios tipos de planes de pensiones y su funcionamiento es igual, de manera que su principal diferencia es quién los promueve. Así, pueden ser promovidos por un único particular, individuales, por una empresa dirigido a sus trabajadores, de empleo, o por una asociación o gremio, asociados. Los más populares son los planes de pensiones privados, que en la actualidad cuentan con deducciones fiscales de hasta 8.000 euros de la base imponible del IRPF. Sin embargo, desde Gobierno pretenden trasladar este incentivo hacia los planes de pensiones de empresa, según defiende, más rentables y menos costosos.
Planes individuales frente a los de empresa
Mantener un plan de pensiones supone abonar las comisiones de gestión y de depósito. La primera de ellas, no podrá ser superior al 1,50% anual, la cobrará la gestora de fondos que invierte el capital y la segunda, como máximo del 0,25% cada año, la cobra la entidad bancaria. Generalmente, los planes de empleo tienen unas comisiones inferiores que los planes de pensiones individuales. Estos menores costes se traducen, por tanto, en una mejor rentabilidad.
Según datos de Inverco, menos de 2 millones de españoles cuentan con un plan de empleo, es decir, solo uno de cada diez trabajadores ocupados contaba con este tipo de plan de pensiones con aportaciones de su empresa empleadora a cierre de 2019, con protagonismo de los funcionarios, los profesionales de la banca y del sector energético. El patrimonio total de los planes de empleo a cierre del pasado año fue de 35.710 millones de euros, un crecimiento del 5,6% respecto a diciembre de 2018 y la mayor cifra de su serie histórica desde 1990 que Inverco lo contabiliza. No obstante, aún no se acercan al patrimonio de los planes de pensiones privados, que tienen un patrimonio de 79.849 millones de euros, es decir, más del doble. Respecto a la rentabilidad, solo seis de cada 100 fondos de pensiones batieron al IBEX 35 en los últimos 15 años.
¿Es posible perder dinero con estos planes?
Una vez jubilado, el titular de este plan podrá rescatarlo, de manera que recibirá el capital invertido. La rentabilidad no siempre es positiva, por lo que recuperar menos dinero del invertido es una posibilidad que hay que tener presente. Para evitar este riesgo también existen los planes de pensiones garantizados, que aseguran el capital aportado e incluso algunos pactan un mínimo de rentabilidad. A cambio se suele exigir fidelidad, de manera que la vinculación al producto e incluso a la entidad será mayor, o un mayor interés.
La fidelización que se pacte es una cuestión importante ya que en muchos casos implica mantener el plan hasta el momento de jubilación sin poder cambiarse de entidad, por ejemplo. O en caso de necesitar el dinero invertido antes de la jubilación, fecha del rescate pactada, la garantía podría no tener efecto y no recuperar el dinero invertido antes de tiempo.
El rescate de los planes se realiza de manera general en el momento de la jubilación, sin embargo, existen situaciones extraordinarias en las que la entidad permitiría el rescate. Estos casos excepcionales son la incapacidad laboral, total y permanente, absoluta o gran invalidez, siempre que lo determine la Seguridad Social; situaciones de dependencia; o por fallecimiento, en cuyo caso se generará derechos a favor del cónyuge o familiares. En caso de un problema de liquidez, también permite el rescate cuando se de una situación de enfermedad grave o de desempleo de larga duración.
Por otra parte, respecto al rescate, a partir del próximo 1 de enero de 2025 entra en vigor la norma que flexibiliza la recuperación del dinero invertido, de manera que los inversores podrán recuperar las participaciones con una antigüedad mínima de 10 años.
Fuente; lainformacion.com